viernes, 31 de octubre de 2008

Noviembre, 26

Que nuestras manos puedan
protegernos del sol,
que eclipsen su contorno totalmente,
no debiera ocultarnos el tamaño
de ese astro al que quiero llamar padre.
Bajo su luz desnuda
no precisan las cosas de adjetivos:
la mañana del mundo es cuanto tengo,
contra su cielo soy
un cuerpo frente al mar que ahora procura
disfrutar de su instante
en el hueco sin pausa de los siglos.

Austeridad y lujo de lo exacto.

Vicente Gallego. La luz de otra manera (1988).

3 comentarios:

Dirty Clothes dijo...

La familia Rufianes se siente más rastrera que cuando el Gobierno ocultó la crisis, pero se ve obligada a mendigar tu voto no por ganar el concurso, si no al menos para poder estar entre los tres finalistas y que el jurado valore su humor gráfico en vista a en un futuro poder salir en su periódico. Son así de vanidosos…
Si te gusta el blog y les votas, te darán las gracias. Si no, que ya sabemos que estas hasta lo cojon… de los spam, critícalos e insúltalos que eso les pone mucho. Y es que los trapos sucios se lavan en casa , o lo que es lo mismo, dirty clothes clean at home 

Hisae dijo...

Creo que a Vicente Gallego no le lelgo a pillar aqui. Quizás tú me puedas aclarar este Noviembre que se presenta lluvioso.

Un abrazo.

Carlos Castedo dijo...

Quizá un instante mínimo durante un paseo por la orilla del mar en la que el poderoso sol muestra la liviandad del hombre y su independencia.
Un abrazo.