martes, 28 de abril de 2015

Puente de Londres

                               ¿Encontraría a la Maga?

-Eres tú, amigo? -dije.
-Deséale suerte a mi sombrero de copa.
Una dalia de cristal
trazó una línea verde en mi ojo gris.
El cielo estaba afónico como un búho de níquel.
-Adiós, amigo -dije.
-Echa una hogaza y una yema de huevo en mi bombín.
Una bombilla guiñaba entre las hojas de acanto.
Mi corazón yacía como una rosa en el Támesis.

Pere Gimferrer. Arde el mar (1966).