viernes, 17 de octubre de 2008

[Si mis manos cogiesen tu cabeza]

Si mis manos cogiesen tu cabeza
y yo mirase en ti tan hondamente
que te pudiera atravesar la frente,
poner los ojos sobre tu tristeza,

¡qué confidencia de naturaleza
-se me haría la vida transparente-
saber en ti, hallar súbitamente
origen de dolor a la belleza!

Y levantar con lentitud sagrada
mi corazón entonces y ponerlo
en esta ola de descubrimiento

a esperar que se cumpla tu mirada;
a ver el mundo resistir, a verlo
hacer banderas con el sufrimiento.

Antonio Gamoneda. Sublevación inmóvil (1960).

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