Anónimo holandés
Al fondo de la estancia tenebrosaatestada de mapas y anaqueles,
de caballetes, bustos y cinceles
donde la araña teje sigilosa,
una figura pálida y borrosa,
rodeada de libros y papeles,
alza un compás y cruza dos pinceles
contemplando la noche silenciosa.
Una llama de vela mortecina
signa la oscuridad más que ilumina,
y descubre el temor y la torpeza,
la mueca de desprecio y extrañeza
con que asoma la estúpida cabeza
del mono que levanta la cortina.
Guillermo Carnero. Divisibilidad indefinida (1990).
2 comentarios:
¿Se estaría describiendo a él mismo?
Suelen ser así los artistas. Suelen ser asi los estudios. Son extraños, excentricos. Pero tienen algo que atrae.
Un abrazo.
Yo me imagino a uno de los artistas pintados en la intimidad de sus estudios por Vermeer y sus coetáneos allá por el siglo XVII. Estas pequeñas pinturas detallistas que no quieren molestar al protagonista, aunque en este poema sí lo interrumpen.
Un abrazo.
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