Dormido.
Escasamente ebrio
de caricias,
sirena
entre las sábanas,
exacto
como el filo de un cuchillo,
descansa en el crepúsculo
del cuarto,
como una media luna en un estanque,
ángel
en un pijama,
rompiendo,
dulcemente,
su figura de arena
en la escarcha encendida
del costado.
Ana Gorría. Araña (2005).
2 comentarios:
Qué bello nos hace sentir el cuerpo deseado a nuestro lado...
Casi lo mejor del mundo.
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