lunes, 29 de septiembre de 2008

Último poema

Habrá quien aún crea que es posible huir;
cruzar el cabo de Buena Esperanza,
si es que el alma tiene uno.

Marchar de esta inhóspita ciudad del norte,
donde las únicas estrellas que brillan
son las lámparas de los insomnes.

Habrá aún quien quiera escuchar
la música silenciosa de los bosques de Finlandia.

Habrá todavía quien se enamore de una desconocida
que responde a otro que la llama: ¡Paloma!
y pasa, y deja su estela en la tarde
como un barco feliz en el que no hemos de embarcar nunca.

Habrá quien desee oír el sonido embriagante de las monedas
cayendo continuamente en las máquinas del casino de Macau.

Habrá quien desee enamorarse
del acento de una hermosa mujer extranjera.

Habrá quien esté dispuesto a hacer
promesas terribles que no cumplirá nunca.

Habrá quien desee despertar en un cuarto extranjero.

Habrá aún quien espere lo imposible.

Ahora que ya nada importa.

¿A dónde pretendes llegar? ¿A un palacio
de jade? ¿A una montaña de luz?

¿A dónde quieres huir?
El fantasma está en tu corazón.

Martín López-Vega. La emboscada (1999).

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