lunes, 22 de septiembre de 2008

La soledad

Para los que jamás
unieron una tarde
el amor con el sexo,
y en esa tarde fría
sólo el placer cumplieron
y no tuvieron paz:
el cuerpo de mujer
no se mostró sumiso
brindando la confianza
y hablando del futuro
-dos cuerpos y una vida-,
con la complicidad
de sábanas muy blancas,
limpias com la sal.
Para los desgraciados
que en el sexo no hallaron
las músicas del mundo,
las pinturas del mundo,
las novelas del mundo,
porque ese sexo vacuo
sólo sabía a cuerpo.
Para los que en un cuerpo
jamás grabaron lenguas
que parecían sangre,
en bocas tan oscuras
como claro su gusto.
Para los tristes hombres
con un cuerpo sin centro
y tacto que no sueña,
para los tristes machos
yo puedo comentar
que los años sin Ella,
a pesar del placer
con los cuerpos de otras,
van a ser como corcho,
como corcho podrido,
como cieno de cerdo,
a pesar de ignorarlo,
como cieno de cerdo,
a pesar de olvidarlo.

Lorenzo Plana. Extraño (2000).

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