viernes, 22 de agosto de 2008

Diez

Enciendo un cigarrillo.
La casa está serena.
Se ilumina el recuerdo
y revivo esa escena,

cálida, en la que estamos
tú y yo, sobre la cama,
despiertos y abrazados.
Interior. Madrugada.

El campo sigue fuera,
más oscuro y más vivo
quizás. Es la primera
vez que te has atrevido

a decirme te quiero.
Y, aunque finja que paso,
detrás de mi silencio,
te miro emocionado.

Javier Salvago. En la perfecta edad (1982).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que instante tan mágico y que manera tan bonita de contarlo.
Un saludo.

Carlos Castedo dijo...

Sumamente bello, sí. Así de grande es la poesía.
Un saludo.