Enciendo un cigarrillo.
La casa está serena.
Se ilumina el recuerdo
y revivo esa escena,
cálida, en la que estamos
tú y yo, sobre la cama,
despiertos y abrazados.
Interior. Madrugada.
El campo sigue fuera,
más oscuro y más vivo
quizás. Es la primera
vez que te has atrevido
a decirme te quiero.
Y, aunque finja que paso,
detrás de mi silencio,
te miro emocionado.
Javier Salvago. En la perfecta edad (1982).
2 comentarios:
Que instante tan mágico y que manera tan bonita de contarlo.
Un saludo.
Sumamente bello, sí. Así de grande es la poesía.
Un saludo.
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