Una limosna para el pensamiento
una pobre limosna a esa desdicha
que alguien nos regaló seguramente
sin caer en la cuenta de que un día
no íbamos a saber qué hacer con el regalo.
Una limosna para el pensamiento
para esta desazón que nos acosa
que pregunta sin tino ni medida.
Pero nadie responde no hay respuestas.
Una limosna para el pensamiento
un óbolo para la incertidumbre que nos cubre
una ayuda un auxilio una palabra.
Francisca Aguirre. Historia de la anatomía (2010).
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