Recorrer las bifurcaciones de los días,
teniendo como meta
la conclusión que es punto de partida,
y es sólida y presente
en cada recodo del camino. Conformar
la línea nunca recta de una vida que avanza,
según su propio orden, siempre hacia delante.
Pero las almas que han sido torturadas
parten de más lejos,
su verdad
se bifurca en el inicio;
antes de la placenta, antes del mundo.
Vidas de días desordenados,
trazando un camino sin sentido.
Rebeca Álvarez Casal del Rey. Suponiendo la cicatriz como posibilidad de la herida (2010).
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