todavía en mi palabra;
porque debajo de todos
mis puentes pasan tus aguas.
Piedra te doy, labios duros,
pobre tierra acumulada,
que tus luminosas lenguas
incesantemente aclaran.
Te miro; me miro. Hablo;
te oigo. Busco; me aguardas.
Me vas gastando, gastando.
Con tanto amor me adelgazas
que no siento que a la muerte
me acercas...
Y sueño...
Y pasas...
José García Nieto. Tregua (1951).
2 comentarios:
Señores, cómo les fue por aquellos lares? Señores, queremos saber qué aventuras corrieron en tan hermosos lugares, de qué hablaron? De misteriosos Templarios ó de mundanales bares. Un abrazo.
Fuimos a templos, catedrales, bares y pubes.
Grandes las pequeñas islas.
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