lunes, 15 de diciembre de 2008

[Parece que llegarás, desasido]

Parece que llegarás, desasido
del cuerpo de la piedra, a doblegarte,
a pasar de este lado, a formar parte
de este mármol de acá, más dolorido,

que es la carne del hombre, y convertido
ya en un ser como todos, recostarte
-rota ya la materia, roto el arte-
en tu propio desnudo atardecido.

Parece que vinieras, liberado
de lo eterno, a mezclarte con los otros,
a caer en la vida y disolverte.

Al borde de un abismo te has quedado:
ya no puedes bajar hasta nosotros,
ni a tu centro de piedra devolverte.

Ramón Gaya. Para el crepúsculo de Michelangelo (1980).

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