Como la hierba somos,
fulgor de un sol de abril, resplandor que se aleja
blanco y frío en la tarde,
y nubes e ilusión del color de estas piedras
por los siglos roídas,
muro antiguo con musgo recubriendo las tejas
rojizas y con olmos
de frondoso verdor y con música nueva,
huellas de pies anónimos
como firmas de polvo escritas por la misma taberna,
y eslabón de un deseo
de vivir libremente una limpia conciencia.
Juan Ruiz Peña. Maduro para el sueño (1970).
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