Una tapia te impide seguir.
Vas y la saltas.
Le has trepado la cal.
Separas unas tejas.
Ya estás al otro lado de la tierra:
esto es la estepa del amanecer.
Te sabes solo y gozas tu abandono.
Quieres morir aquí también, por qué.
Quieres morir. Pero ahora sin palabras.
Tocar las piedras y morir.
Llevarte en la mirada este despojo.
Hojas de cardo ni siquiera, no.
Caliza de los cerros ni siquiera,
ni estos abetos de este valle, no.
Patria recuperada, sola tierra
callada,
tiéndete aquí a morir,
ya regresado al universo.
Arcadio Pardo. Vienes aquí a morir (1980).
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