Ábreme las dos puertas de tu casa
quiero besar tu boca que me deja
adivinar el aire cuando pasa
tu corazón envuelto en una abeja
O bien decirme puedes que te pasa
pálido rododendro triste y vieja
bajo la luna que te pone lasa
mientras te llueve el mundo en una oreja
Sin duda como sueles llorar lloras
Sin duda te desnudas a la luna
Sin duda de costumbre te adormeces
Quiero besar tu boca en esas horas
muertas que mueres tú también de una
supuración de amor algunas veces
Carlos Edmundo de Ory. (1947).
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