este dolor de piedra
tallada
desde las horas.
Cómo nace esta voluntad
de ver proscritos los deseos
si este mar nunca lleva
el odio entre sus márgenes.
Todavía la luz
recoge allí
su incipiente cosecha,
deja que la piel pierda toda el agua
entre costuras y raíces.
Y no estás frente a mí, existes sólo
en mi memoria
una especie de pez que muerde en falso.
Déjame pues que sea
piedra rodando libre
en lo profundo
porque allí te imagino
como una forma azul
imitando el temblor de nuestros miedos.
Rafael Correcher. El azul de los lápices (2009).
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