miércoles, 9 de julio de 2008

El engaño de los ojos

Con qué nobleza se revuelven
Todos juntos esos muchachos
Y claman por una justicia
Perturbando, vociferando,
Tan inocentes los carrillos,
Tan fieros el porte y los pasos,
Con la mirada en dirección
De un porvenir extraordinario,
Pero a la vista ahora, ahora,
Presente ya sobre el asfalto
De las calles estimuladas
Por los rumores calculados
De esa tan filial muchedumbre,
Coro de gargantas y brazos,
Crédulamente fiel y dócil
-Candor por alud- al dictado
De los mayores en edad,
En crueldad y en aparato,
Aun carceleros de una cárcel
Donde todo queda murado,
Sin salida a ningún futuro:
Ni a ese que van anhelando
Los que, por fin, desfilan jóvenes,
Magníficos frente al tirano.

Jorge Guillén. Clamor. Maremágnum (1957).

5 comentarios:

Anónimo dijo...

es muy bueno

Anónimo dijo...

sabes pocas personitas tienen ese don de identificar las buenas cosas t.k.m. att M.X.C.A.

Carlos Castedo dijo...

Jorge Guillén era un genio.
Gracias por visitar mi blog.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

esta muy bonithooo

Unknown dijo...

Es muy bueno