jueves, 12 de junio de 2008

Sueño de las dos ciervas

¡Oh terso claroscuro del durmiente!
Derribadas las lindes fluyó el sueño.
Sólo el espacio.

Luz y sombras, dos ciervas velocísimas,
huyen hacia la hontana de aguas frescas,
centro de todo.

¿Vivir no es más que el roce de su viento?
Fuga del viento, angustia, luz y sombra:
forma de todo.

Y las ciervas, las ciervas incansables,
flechas emparejadas hacia el hito,
huyen y huyen.

El árbol del espacio. (Duerme el hombre)
Al final de cada rama hay una estrella.
Noche: los siglos.

Dámaso Alonso. Oscura noticia (1944).

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