Con tan poco como tienes
-acordes, palabras, signos...-
temblando a solas, ¿pretendes
que te hable el Dios prometido?
Mira el jilguero. No es nada:
miedo y plumas. Sin embargo,
escondido entre las ramas,
puede hacer que cante un árbol.
José Mateos. Canciones (2000).
No hay comentarios:
Publicar un comentario