domingo, 16 de agosto de 2009

Sonetos

Tuvo mi corazón, encrucijada
de cien caminos, todos pasajeros,
un gentío sin cita ni posada,
como en andén ruidoso de viajeros.

Hizo a los cuatro vientos su jornada,
disperso el corazón por cien senderos
de llana tierra o piedra aborrascada,
y a la suerte, en el mar, de cien veleros.

Hoy, enjambre que torna a su colmena,
cuando el bando de cuervos enronquece
en busca de su peña denegrida,

vuelve mi corazón a su faena,
con néctares del campo que florece
y el luto de la tarde desabrida.

Antonio Machado. Nuevas canciones (1924).

1 comentario:

Vicente dijo...

Precioso soneto, de uno de los más grandes. Me voy de vacaciones, ya me contarás vuestro viajecito, jejej. Saludos blogueros.