miércoles, 30 de octubre de 2013

Noche oscura

Canciones de el alma que se goza de aver llegado al
alto estado de la perfectión, que es la unión con Dios,
por el camino de la negación espiritual, de el mesmo autor.

En una noche escura
con ansias en amores inflamada

¡oh dichosa ventura!
salí sin ser notada
estando ya mi casa sosegada;


ascuras, y segura
por la secreta escala, disfraçada,
¡oh dichosa ventura!
a escuras y en celada

estando ya mi casa sosegada.

En la noche dichosa
en secreto que naide me veýa
ni yo mirava cosa
sin otra luz y guía
sino la que en el coraçón ardía.


Aquésta me guiava
más cierto que la luz del mediodía
adonde me esperava
quien yo bien me savía
en parte donde naide parecía.

¡Oh noche, que guiaste!
¡Oh noche amable más que la alborada!
¡Oh noche que juntaste
amado con amada.
amada en el amado transformada!


En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros ayre daba.

El ayre de la almena

quando yo sus cavellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería
y todos mis sentidos suspendía.

Quedéme, y olvidéme
el rostro recliné sobre el amado;
cessó todo, y dexéme
dexando mi cuydado
entre las açucenas olbidado.


San Juan de la Cruz. c. 1577. Publicada en 1619.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

VIVO SIN VIVIR EN MÍ


Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí:
cuando el corazón le di
puso en él este letrero,
que muero porque no muero.

Esta divina prisión,
del amor en que yo vivo,
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga:
quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo el vivir
me asegura mi esperanza;
muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte;
vida, no me seas molesta,
mira que sólo me resta,
para ganarte perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero
que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba,
que es la vida verdadera,
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva:
muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.

Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios que vive en mí,
si no es el perderte a ti,
para merecer ganarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.

Teresa de Jesús

Carlos Castedo dijo...

Amor místico o carnal, pero eterno.

Anónimo dijo...

How happy is the blameless vestal's lot!
The world forgetting, by the world forgot.
Eternal sunshine of the spotless mind.
Each pray'r accepted, and each wish resigned.

Carlos Castedo dijo...

Mente inmaculada que no puede dejar de repetir su destino.