Te vi,
se rompieron nuestras soledades,
se alborotó el instinto,
se llenaron de luz las lámparas fundidas.
Se murieron del susto, nuestros primeros padres,
y tu pena y mi pena,
se suicidaron juntas
la tarde
de nuestro encuentro.
Gloria Fuertes. Cómo atar los bigotes del tigre (1969).
2 comentarios:
Me encantan los últimos cuatro versos. Es complicado hablar de sentimientos sin entrar en "ñoñerías" y ella casi siempre lo consigue.
Un bes.
Sí, la segunda estrofa es genial.
Quizá Gloria Fuertes no ocupa el lugar como poeta que se merece por su dedicación a los niños, pero nos hizo felices.
Un beso.
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