He perdido las letras de su nombre
entre todos los ojos y los escaparates
que anunciaban las últimas rebajas.
Me ha rozado la espalda en un vagón de metro.
(Afuera lloviznaba).
He pisado su sombra en un semáforo.
(Otoño se vestía en las acacias).
Para llegar al cine,
he bajado tres calles paseando
mientras alguien bailaba pasodobles
y una pareja de titiriteros
interpretaba un aria de Rossini,
(dos nubes se besaban en un charco)
y al escoger butaca,
bastante atrás como acostumbro,
se ha sentado a mi lado oscuramente.
Berta Serra Manzanares. Frente al mar de Citerea (1993).
No hay comentarios:
Publicar un comentario