domingo, 22 de noviembre de 2009

La bella del bosque durmiente

- Decidme, noble anciana, por vuestra vida:
¿yace aquí la princesa que está dormida,
esperando ha dos siglos un caballero?

- La princesa de que hablan en tu conseja,
¡soy yo!... pero, ¿no miras? Estoy muy vieja,
¡ya ninguno me busca y a nadie espero!

- Y yo que la procela de un mar de llanto
surqué... ¡Yo que he salvado montes y ríos
por vos! - ¡Ay! caballero ¡qué desencanto!
... Mas, no en balde por verme sufriste tanto:
tus cabellos son blancos, ¡como los míos!

Asómate al espejo de esta fontana,
¡oh pobre caballero!... ¡Tarde viniste!
Mas, aún puedo amarte como una hermana,
posar en mi regazo tu frente cana
y entonar viejas coplas cuando estés triste...

Amado Nervo. La amada inmóvil (1922).

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