Poco valoras, menos te entusiasma;
a todo indiferente, más que sabio
pareces sordomudo. Pues hastías,
nadie te quiere ver; tu exigua talla
molesta en salas, playas, urinarios.
Fuera fácil la enmienda, pues conmigo
los ojos te chispean, ríes, gritas,
y a un eremita santo le diviertes
si le hablas de tus vicios. Tan secretos
no son como tú crees, y así ayuntas
murmuración y tedio. Comunica
alegría, no ajada, a sus oídos,
y que todos te envidien la inocencia.
En brevedad ancianará tu cuerpo,
y pues vives por él, aunque precario,
cultiva el vicio, y nunca lo abandones.
Francisco Brines. Aún no (1971). De "Composición de lugar".
Hoy ha sido galardonado con el Premio Reina Sofía de Poesía.
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