jueves, 28 de marzo de 2013

La mirada del perro

De pronto, trabajando, comiendo, paseando, me encuentro
la mirada del perro.
Me interrumpe como dos hojas de árbol dentro de una herida,
como llanto infantil de alma que nunca ha sido pisada todavía
o esa vieja mujer que friega, en cambio, el suelo, de rodillas.
De no saber que hacer resignada, y huidiza,
y suplicante -de no saber que permanece en su orilla-,
me deja interrumpido como pequeña iglesia románica en un pueblo
o esa peña y sus grietas a un lado del atajo mientras sigo subiendo.
(Me deja entre mis libros de elemental o ingreso,
naturalmente, estudiosamente unido a Dios en el tiempo
de la imaginación que aún mezcla sus leyendas de Bécquer con insectos.)
O me atraviesa con su temor de criatura confiada y su exceso
de alegría por mí (que soy un poco duro y no me lo merezco).
La mirada del perro.

Luis Felipe Vivanco. El descampado (1957).

No hay comentarios: