lunes, 8 de febrero de 2010

El destino es ahora dar voces solitarias

En cuanto a mí, no he de fingir
una serenidad que no merezco,
que no tengo, que no ambiciono

Vivo con brasas. No las temo,
no las oculto, no las apago. Que ardan,
que calcinen, que templen
Ahora soy puro fuego amoral


En cuanto a ti, que ciertos muros
se desmoronen estupefactos,
que cierto mar caritativamente
en lugar de bramar te mire silencioso,
y que los más benignos dioses
te perdonen tapándose la cara
...si logras simular olvido

Enférmate o muerde tus labios:


De igual modo que yo vocearás en la noche

Félix Grande. Las rubáiyátas de Horacio Martín (1978).

No hay comentarios: